Desde la plaza de la Catedral arranca la peatonal calle Ancha. Avanza por ella y toma la tercera calle que encuentres a tu derecha, la calle Cid. Al final de la misma encontrarás en una plaza la basílica de San Isidoro, donde descansan los restos de Fernando I y de su hija doña Urraca.
Aunque el origen de este templo es del siglo IX, los reyes Fernando I y Sancha lo mandan remodelar en el siglo XI, ya que se convertirá en el panteón que acoja sus restos para la eternidad.
Sobre la antigua Puerta del Perdón (situada a la derecha), verás una escena donde Jesucristo es bajado de la Cruz para ser llevado al Santo Sepulcro. En el marco de esta puerta verás labradas en la piedra las cabezas de dos animales, el animal de la derecha simboliza a este reino cristiano. Indica su nombre para poder tener acceso al interior del templo.