█ La Botica del Mármol y mi muerte
La historia continúa en la calle gremial de Boticas. Siguiendo por los soportales de la parte alta de la Plaza Chica, llegarás a esta calle. Aquí un
ajimez mudéjar corona la
Botica del Mármol, llamada así por la lápida de mármol de una tumba romana que servía de mostrador.
En este lugar di rienda a mi imaginación y … al poder que guardaba dentro de mí.
Aquella construcción mudéjar de ladrillo y cal, rematada por un magnífico ventanal lobulado dividido en dos por una columnita que servía de parteluz, me animó a experimentar en aquel lugar una nueva sensación. En aquel lugar sentí como mis antepasados judíos castigados y perseguidos por el poder inquisitorial me protegían y me alentaban a
descubrir un secreto que limpiara el alma de prejuicios, racismos e intolerancias, … y entonces nació ...
aquello. Aquello que nos hará encontrar a nuestro Dios Interior, sin importar religiones ni dogmas. Sólo mirando en nosotros encontramos la verdad. Pero la verdad no interesa. Arias Montano, Pedro de Valencia, Teresa de Ávila, Juan De la Cruz, Erasmo de Rotterdam, … hasta los propios nobles de la Casa de Feria rehusaban de seguir una religión que se basaba en el miedo y en un Dios castigador.
Mis horas estaban contadas.
La Inquisición estaba muy cerca. Los vecinos no podían soportar que mi vida prosperase vendiendo algo que curaba desde el alma, pues muchas afecciones tienen su origen en la melancolía, el miedo, la tristeza, … pero para muchos, ese estado de felicidad, era comparable a la magia negra.
Por eso decidí ante el mal que me procuraban mis enemigos, disponer mis últimos días en ese lugar, y entregarle a mi querido amigo, cuyo nombre omito, que en
mis últimas horas antes de entregarme a Dios, dispusiera que en la bodega de botica me enterraran con la lápida de mármol y todo mi ajuar, y que
escondiera mi secreto, y que sólo la almas puras como las vuestras pudieran encontrarlo … y disfrutarlo.
Para avanzar indica alguno de los colores de la cerámica que decoran la ventana mudéjar o ajimez