Sigue avanzando por la calle San Pablo dejando el río Tormes a tu espalda, y sube por la primera calle que encuentres a tu izquierda (cuesta de Carvajal).
En esta cuesta, en el lado izquierdo, una verja da acceso a la Cueva de Salamanca. En este misterioso lugar se ubicaba la iglesia de San Cebrián, en cuya cripta cuentan que el mismísimo diablo enseñaba las ciencias y artes que no se impartían en la Universidad, como la adivinación, la brujería y la alquimia. Al saber de estos hechos la reina Isabel la Católica mandó tapiar el acceso a la cueva herméticamente.
En este lugar acaba tu aventura y es momento de darte la enhorabuena por haber superado todos los desafíos a los que te has enfrentado. ¡BUEN TRABAJO!.
Si continúas subiendo, a tu izquierda encontrarás enseguida las traseras de las Catedrales, por lo que vuelves a estar en pleno centro. A fin de reponer fuerzas te recomendamos disfrutar de la excelente gastronomía local en los múltiples establecimientos que ofrece esta ciudad con tanto encanto.