█ Martillos de remachado













Partiendo de la entrada a la sala, girar hacia el lado derecho y avanzar hasta el fondo.
El martillo remachador rojo y negro o “sufridor” se usaba para golpear e introducir el remache en la chapa a remachar. El remache se colocaba en la hendidura de uno de sus lados, estando la parte final de remache al rojo vivo. Un operario golpeaba la chapa con el martillo e introducía el remache. Al otro lado, otro operario paraba los golpes con el martillo negro, haciendo que el remache se deformase y tomase forma discoidal, uniendo las chapas y dando forma al casco de barco.
Estos martillos
llegaban a pesar hasta 18 o 20 kilos, lo que, junto al esfuerzo físico necesario para manejarlos, hacían del remachado una de las profesiones más duras de la construcción naval.
Con el tiempo aparecieron las remachadoras automáticas, que facilitaban enormemente la tarea; sin embargo, los operarios seguían teniendo que sujetar sus aproximadamente 35 kilos de peso.
A pesar de su importancia, el sistema de remachado conllevaba un gran inconveniente: el enorme peso que añadía a los buques limitaba su tamaño. El desarrollo de la
unión por Soldadura permitiría posteriormente solventar este problema.
Antes de la construcción de este edificio, bajo nuestros pies se hallaron depósitos de agua dulce subterránea. El edificio se equipó en su centro con ciertos elementos para extraerla.
¿Qué son? Pista: hay dos, ¡y bien grandes!