En la obstetricia del siglo XIX y XX y cuando todavía no existía la ecografía o se realizaba en pocas ocasiones, los profesionales idearon un monoaricular para auscultar los latidos cardíacos del feto durante el embarazo.
La campana suele ser de madera o metal y es hueca. Mide alrededor de 20 cm. Funciona en forma similar a una trompeta acústica, amplificando el sonido. El extremo ancho se sostiene contra el vientre de la mujer embarazada, mientras la persona escucha a través del otro.