Inicias esta experiencia senderista en el Convento de los Agustinos, levantado bajo la advocación de San Joaquín.
Peregrinos de toda la Península acudían a este lugar para tomar las aguas milagrosas de su pozo, que tenían la propiedad de curar distintas dolencias. Hoy en día solo queda en pie la iglesia, ya que el convento fue destruido por los habitantes del pueblo con la intención que los frailes no pudieran volver a ocuparlo, ya que fueron numerosos los enfrentamientos entre vecinos y frailes a cuenta de la propiedad de las aguas que bajaban de la sierra.
Para iniciar tu aventura fíjate en la entrada de la iglesia. Verás dos escudos nobiliarios a los lados. Sobre la puerta hay una hornacina que albergaría la escultura de algún santo o virgen. Encima de la hornacina puedes encontrar un símbolo cristiano, ¿de qué se trata?
