█ Guardaespaldas papal











Prosigue caminando cuesta arriba por esta calle. Al final de esta encontrarás una plazoleta, y en la plazoleta
una iglesia.
Hacer “ventura de enemigos” no era forma noble de ganarse la vida para un soldado, así que Diego recurre su pariente, el cardenal Bernardino de Carvajal, quien le consiguió un
puesto de alabardero en la Guardia Papal.
Cierto día, practicaba Diego el
“juego de la barra”, que consistía en lanzar una larga y pesada barra de hierro lo más lejos posible. De pronto, un grupo de más de veinte soldados italianos comenzaron a mofarse del extremeño. Diego montó en cólera ante tal afrenta, y armado solo con la barra mató a cinco de los italianos, hirió a diez y puso al resto en espantosa huida. Quiso la providencia que el mismísimo papa
Alejandro VI, de los Borgia, fuese testigo de tal proeza, y no dudase en contratarlo como
jefe de su guardia personal.
Ahora que con
la iglesia hemos topado, solo podrás continuar tu camino si indicas
de qué siglo es la iglesia ante la que te encuentras (pista: está labrado en piedra a la izquierda de la puerta principal).