Una vez celebrada la Última Cena, perdemos la pista al cáliz hasta que la tradición cristiana, y algunos escritos, sitúan este objeto en torno al año 400 en la primitiva Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. En esta iglesia existía una capilla cuyo nombre es “Exedra con Calicem Domini” (“Capilla del Cáliz del Señor”), en la que está documentado que se venera la copa que Jesucristo utilizó en la Última Cena.
Según actas del reinado de Carlomagno (siglos VIII y IX), este envió embajadores a Jerusalén que vieron y documentaron la existencia del cáliz de Jesucristo custodiado en una capilla de la Iglesia del Santo Sepulcro. Estos lo describieron como un cuenco de ónice oscuro, lo cual elimina de nuestra conclusión número 1 la posibilidad de que el cáliz sea metálico: 1- El cáliz probablemente sea de algún tipo de piedra oscura.
Es importante conocer el color del objeto histórico que estamos buscando, así que indica el color de este ónice oscuro (ónix) para seguir tu investigación.