█ La iniciación
Vuelve y sube por la calle del convento y a la izquierda, en un callejón sin salida, verás un antiguo
hospital.
Pobres y destrozados por la tormenta pedimos auxilio en el
Hospital de Santiago, lugar donde aprenderemos un nuevo oficio y una nueva creencia.
La fachada de aquel lugar se coronaba con una pintura del profético
Arcángel Gabriel anunciando la maternidad a la Virgen María. Y así, desde esta imagen, me explicaron que Arias Montano, el místico y sabio creador de la Biblia Regia y preceptor de Pedro de Valencia, defendía el postulado de que la libertad de pensamiento religioso era fundamental, y que esa libertad estimulaba el conocimiento del Universo a través de las
ciencias alquímicas y trascendentales. Estas ciencias las aprendió de la lectura de los
libros prohibidos de El Escorial, y que a muchos, como a mí, nos abrió un mundo paralelo de posibilidades de crecimiento espiritual, gracias también a mi maestro Juan de Peñaranda, de la estirpe de los médicos ocultadores de
libros secretos en Barcarrota.
Arias Montano desde Amberes trajo a la localidad nuevos saberes hermenéuticos de la trascendencia espiritual que estaban fuertemente ligados a la medicina. En dicho hospital comencé con mi maestro a diseñar
fórmulas magistrales, que me llevaron a obsesionarme con la búsqueda de un
nuevo bálsamo de fierabrás que nos liberara de la muerte y nos concediera la libertad del alma, evitando el sufrimiento del dolor y el último viaje. Así entré en la
Familia Charitatis, cuya percepción de Dios salía fuera de todo dogma cristiano.
Este lugar del Hospital de la Salutación para pobres me llamó la atención por su arquitectura hispano flamenca, con baquetones y lacerias serpenteantes rematadas por un
motivo curioso vinculado con la historia del lugar. Este motivo que corona la entrada del hospital era el
símbolo del bautismo a un nuevo rito iniciático. Juan de Peñaranda fue mi Virgilio por la senda mística, al otro lado de la realidad.
Para continuar indica el nombre de este
motivo marino, símbolo del bautismo, que se encuentra en la fachada, entre el arco de la puerta y la pintura del Arcángel Gabriel.