Sigue por el pasillo que se abre a la izquierda de las estelas oikomorfas y llegarás a una nueva sala, dedicada al periodo de crisis del Imperio y la transición hacia la Hispania visigoda. Deja atrás la vitrina dedicada a la villa de Baños de Valdearados y dirígete hacia la vitrina de Buniel.
En esta vitrina podemos encontrar diferentes objetos relativos a la cocina. Los romanos daban mucha importancia a las formas en la mesa porque eran lo que diferenciaba a los romanos de los bárbaros, ya que los romanos tenían una serie de normas de etiqueta a la hora de comer, mientras que los bárbaros comían juntos pero sin esa importancia de los buenos modales. Esa función socializadora de la comida se ve en que distinguían entre la cena (compartir comida por disfrutar y socializar) y el prandium (comer por necesidad, normalmente a solas).
Fíjate en el plato que se encuentra en el extremo derecho de la vitrina (según vienes de la pista anterior). En él se puede leer “discvs plenvs formosvs es” (se podría traducir por “plato eres hermoso cuando estás lleno”). La vajilla era algo básico, aunque las había de distintas calidades en función del poder adquisitivo. La más apreciada y cara era una cerámica de color rojizo, con un barniz que le daba un acabado brillante, ¿sabes cómo se llama ese tipo de cerámica característico de los romanos?