█ Los Fenicios
Desde el año 2.500 antes de Cristo el pueblo Fenicio florece en el extremo
oriente del mar Mediterráneo (en los actuales territorios de Chipre, Siria, Líbano e Israel). Este pueblo, que domina las artes de la navegación y del comercio, comienza a buscar nuevas tierras donde conseguir valiosas materias primas a través de pacíficos intercambios comerciales con otros pueblos.
Así en el
año 1.100 antes de Cristo los primeros comerciantes fenicios llegan a las costas de Cádiz y Huelva donde consiguen de los nativos
preciados metales (estaño, oro y plata). Posteriormente se crean
colonias fenicias que
transmitirán parte de su cultura y creencias a los habitantes del
rico y fértil valle del Guadalquivir. Paralelamente, otro pueblo, el griego, compite en esta lucha comercial y funda colonias en el mediterráneo central.
Con los fenicios llegan a la península el
torno de alfarero, el
alfabeto, la
vid y el
olivo, la
gallina, las viviendas de planta cuadrada que permiten formar
calles, la
pasta vítrea, la sofisticada metalurgia con
filigrana, el
hierro que permite fabricar herramientas y armas mucho más eficaces que las de bronce, y otros productos y técnicas que los habitantes de esta zona del suroeste peninsular asimilan rápidamente.
Con el paso del tiempo, y como resultado del natural mestizaje y de la transferencia cultural denominada
orientalizante, se consolida en el
siglo VIII antes de Cristo lo que podemos denominar
Tarteso. Un pueblo asentado en el valle del Guadalquivir (actuales Cádiz, Huelva y Sevilla) que comparte una lengua común, creencias, rituales, arquitectura, manifestaciones artísticas y organización social.
Rodeando en
Centro de Interpretación de Cancho Roano podrás observar un conjunto de árboles muy típicos de la dehesa Extremeña, y cuyo fruto ha servido de sustento a los habitantes de estas tierras y a su ganado durante miles de años. El
nombre de este tipo de árbol, te permitirá continuar tu aventura.