El entramado de túneles os lleva hasta las mazmorras del castillo. Lográis acceder discretamente hasta la torre del homenaje, donde en un balcón Fabio está saludando a los cardenales. Lleva la cabeza cubierta con un casquete papal, un solideo, que lleva encastradas las 30 monedas de Judas.
Todo parece perdido, el fatídico momento ha llegado sin poder hacer nada para evitarlo. Súbitamente el padre Vergara arranca a correr hacia el balcón, abraza a Fabio y se sacrifica arrojándose al vacío para poner fin a esta situación.
Cuando Fabio cae al suelo, la humana codicia de los cardenales aflora. Como aves de rapiña, se tiran sobre su cadáver para hacerse con las poderosas monedas y huir con ellas como alma que lleva el diablo.
Ha comenzado así una diáspora de cardenales cainitas que han vuelto a separar las monedas.
Para poner fin a esta aventura tan solo has de introducir cuántas eran las monedas con que Judas cobró su traición.
