█ La Plaza
Parece que todo ha acabado, con la moneda en el fondo del río toda esta locura habrá terminado. Mientras vuelves a casa recibes una llamada en el móvil, es el padre Vergara que te informa de que ha dejado el pueblo y está en Roma para tratar de frenar esta locura con la ayuda del mismísimo Papa. Le cuentas lo ocurrido y cómo has puesto punto final al asunto. Lamentablemente el cura te dice que
”la moneda, de una manera u otra acabará volviendo a ti”. Además la situación ha empeorado, los cainitas ya han conseguido
29 de las 30 monedas, así que ahora todos sus esfuerzos están centrados en la moneda de Giacomo.
Los días pasan.
Han transcurrido ya un par de semanas desde que arrojaste la moneda al río, todo parece haberse tranquilizado. Roque, el marqués, te pide que por favor le devuelvas las llaves y su coche. Quedáis para cenar en el bar de la plaza y así, de camino, aprovecharás para devolverle el vehículo.
Dirígete a la plaza, para ello deja el Castillo a tu espalda y baja por la Calle Mayor. Al final de la calle, a la izquierda, verás la plaza.
Comenzáis a cenar y, en el momento de los postres, Roque dice que tiene una
sorpresa para ti. Te comenta que mientras estaba preparando un pescado para poner al horno, al limpiar sus tripas, encontró en ellas una moneda. Le pareció curioso y un buen augurio, así que te entrega la moneda para que te traiga suerte.
¡Es la moneda de Giacomo! la que arrojaste al río. Te la guardas en el bolsillo al mismo tiempo que un anciano, con los ojos en blanco, irrumpe en el bar y comienza a dispararos. Roque cae abatido por los impactos, y tú milagrosamente logras huir del establecimiento.
Para alejarte del tiroteo fíjate en la fachada de la plaza que está en el lado opuesto al bar en el que te recibieron en tu primer día. Sobre un balcón verás un escudo religioso con las iniciales
”JHS” (“Jesús Hombre Salvador”), el
año en que se construyó esa casa te
salvará de los disparos.